“El rol del farmacéutico será, principalmente, el de asesor de todo proceso terapéutico que incluya el uso de medicamentos, de cara al resto de profesionales implicados y a los pacientes”. Al menos así lo aseguró ayer el catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidade da Coruña Alejandro Pazos Sierra, en su discurso de ingreso en la Academia de Farmacia de Galicia como académico correspondiente.

Bajo el título de Las TIC en la actividad profesional farmacéutica. Presente y previsible futuro, el también fundador y director del grupo multidisciplinar Redes de Neuronas Artificiales y Sistemas Adaptativos e Informática Médica y Diagnóstico Radiológico analizó en profundidad la evolución del trabajo del farmacéutico, en un proceso en el que, a su juicio, “encuentra un gran aliado en las herramientas que le proporcionan las TIC”.

Tras señalar que los cambios permitirán aumentar la calidad asistencial y sostenibilidad del sistema de salud, aludió a la dificultad técnica para su integración, el coste económico y la resistencia al cambio inherente a toda actividad, como algunas de las barreras al uso de las TIC.

Sin embargo, y ante la revolución que aventura en la profesión, destacó “la medicina personalizada y la medicina de precisión” como un gran reto para poder evolucionar en el servicio que se presta a la sociedad.