Aunque muchos de los nombres que barajan suenan demasiado técnicos, Alejandro Pazos, catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial además de médico, explica de qué se trata el workshop internacional que hoy y mañana mantendrá superocupados a técnicos y sanitarios en tres escenarios diferentes: la Facultad de Informática, el Chuac, y el Hospital San Rafael. Imagen médica y captura e integración de datos clínicos, que así se titula el programa de trabajo, es un encuentro con el que «buscamos intercambiar lo que sabemos, métodos, herramientas, técnicas, para tener más conocimiento y avanzar en proyectos hacia la denominada medicina de precisión», indica. La información es la clave, apunta, para desarrollar servicios y productos para esa atención a la carta que, en definitiva, consiga desde reducir la administración de fármacos, y con ello sus efectos secundarios, hasta mejorar en la precisión quirúrgica hacia técnicas no invasivas, incluso robóticas, que disminuyan complicaciones, tiempos de ingreso y convalecencia.

Para ello, en un entorno con macrobases de datos del Big Data, con multitud de imágenes médicas fijas y en movimiento (de TAC, RMN, placas…), innumerable información de los historiales médicos y el nuevo universo de los denominados datos ónicos (de la genómica, la proteómica…) se encuentran con un marasmo inabarcable de información, a menudo sin purgar ni explotar, con infinidad de posibilidades si «conseguimos relacionarlos», apunta.

Aprendizaje automático

Durante dos días, con participación de expertos nacionales e internacionales, incluido reputados investigadores de la Universidad de Stanford, se detendrán en analizar diferentes métodos, experiencias y proyectos. Hablarán, entre otras cosas, de lo que denominan técnicas de aprendizaje automático profundo. Con ellas es posible, por ejemplo, descubrir alteraciones o características que pasan desapercibidas con las herramientas convencionales. Pazos, coordinador del simposio, lo explica: «A partir de un banco de imágenes, se trata de deducir que en una determinada patología siempre ocurre una alteración en una zona de la imagen, tan pequeña que hasta ahora no se percibía, y que esa alteración combinada con determinados datos de historias clínicas confirman, por ejemplo, que solo se produce en un grupo de pacientes: los que fuman desde hace veinte años o los que viven en áreas contaminadas o los que..», describe.

Se trata, en definitiva, de buscar relaciones que no son fáciles de descubrir sin contar con potentes herramientas tecnológicas y la ingeniería informática. Las técnicas de procesamiento de datos son el paso previo para después llevar a cabo análisis que generen conocimiento.

Cuarenta proyectos

Técnicas de inteligencia artificial, redes de neuronas artificiales, minería de datos son algunos de los términos que sonarán en el simposio, en el que, además del perfil técnico, tomarán parte médicos de diferentes especialidades, físicos, biólogos, químicos, terapeutas ocupacionales… «Es un programa abierto a los clínicos porque queremos saber qué necesitan para poder desarrollar ideas o técnicas que se puedan aplicar y les ayuden en la práctica sanitaria», apunta.

Con más de cuarenta presentaciones, entre los variados proyectos que saldrán a relucir se encuentran desde la biopsia dirigida por tomosíntesis, que desarrolla el San Rafael, hasta las tecnologías aplicadas al envejecimiento activo y la prevención de caídas, el control ergonómico para evitar lesiones deportivas, el análisis de datos en diálisis peritoneal, los dispositivos de medición de las alteraciones del sueño en residencias, la aplicación de la impresión 3D en el diseño y creación de tecnologías y productos de apoyo para personas con diversidad funcional o incluso, un sistema inteligente de drones en asistencia sanitaria.